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Lima, jun. 10 (ANDINA).- Cientos de feligreses católicos concurrieron hoy a la Plaza de Armas de Lima con ocasión de la celebración de la tradicional fiesta religiosa del Corpus Christi, que consiste en la adoración pública del cuerpo y la sangre de Cristo.
El acto conmemorativo se inició al promediar las 10:00 horas con una Santa Misa a cargo del cardenal Juan Luis Cipriani Thorne y la participación del Nuncio Apostólico del Perú, monseñor Rino Passigato; el obispo auxiliar de Lima, monseñor Adriano Tomasi, y sacerdotes de diversas arquidiócesis.
Un coro conformado por cerca de 150 personas de diferentes parroquias limeñas animó el acto litúrgico interpretando diversos temas religiosos alusivos a la festividad.
Durante su homilía Cipriani invitó a los católicos a llevar como discípulos a Cristo en la vida diaria, a acercarse a la Eucaristía, a centrar el día de la familia en el domingo, y a recuperar este día de la semana como Día del Señor y de la Eucarística, tomando en cuenta que el amor a Cristo y a los pobres está unido al misterio de la Fe.
Fueron decenas los feligreses que comulgaron en los cerca de 40 lugares que se establecieron para distribuir la sagrada Comunión.
Culminado el acto litúrgico se realizó la procesión del Santísimo Sacramento por el perímetro de la citada plaza que estuvo adornada por varias alfombras florales en honor a Jesús Eucaristía.
Bajo la dirección del cardenal Cipriani y la asistencia de la banda de músicos de la Policía Nacional del Perú, (PNP), representantes de las instituciones castrenses y del orden, y muchos feligreses, la procesión se detuvo en cuatro estaciones, desde las cuales el líder de la Iglesia Católica Peruana impartió las bendiciones a los fieles.
La primera estación estuvo a cargo de la Orden Franciscana, frente al Palacio de Gobierno en donde se pidió por la Patria, mientras que la segunda se ubicó en el pasaje Santa Rosa y estuvo a cargo de la Orden Dominica, rezándose por la familia.
La tercera estación estuvo a cargo de la Orden Mercedaria, la cual se ubicó en el pasaje Olaya, en donde se rezó por la Iglesia, y la última se situó en el Altar mayor preparado en el atrio de la Catedral de Lima, en donde se pidió a Dios por las vocaciones.
Integrantes de la Hermandad del Señor de los Milagros junto con miembros de otras hermandades y cofradías formaron a lo largo de la Plaza de Armas de la capital de la República una cadena humana para resguardar a Jesús Eucaristía.
FUENTE: ANDINA.COM.PE
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