| DATOS ÚTILES: Los paseos son todos los días y cuestan S/.5 para los adultos y S/.2 para los niños. Hay 12 botes acondicionados con chalecos salvavidas. Si quiere realizar una excursión más amplia, puede visitar las Islas Palomino (242-6655) www.islaspalomino.com | | |
Un simpático paseo en chalana por la bahía de nuestro primer puerto nos permite redescubrir su historia y apreciar sus islas y ensenadas. Mientras la chalana 'Amigo de los Amigos' corta las olas del Océano Pacífico después de abandonar el muelle Dársena, en el puerto del Callao, uno adquiere una renovada sensación de libertad. Atrás va quedando el emblemático y antiguo faro del primer puerto peruano mientras el suave oleaje acaricia la embarcación. De pronto surge, en medio del mar, la isla El Frontón, que parece empinarse en un manto de color azul.
Hoy, luce solitaria y es el hogar de diferentes aves pero, en los años 80, fue una cárcel que albergó a presos por terrorismo y donde se tejieron sangrientos motines. Un cielo despejado también permite apreciar claramente la isla San Lorenzo, una de las más grandes del Pacífico y donde piratas y corsarios se escondían luego de asaltar a los bergantines que se desplazaban por la zona hace más de 100 años. La lancha a motor continúa su periplo mar adentro y pasa frente a los gigantescos barcos de la Marina de Guerra del Perú que descansan en el muelle, mientras al otro lado se puede observar las playas Cantolao y Chucuito, donde veraneaban los inmigrantes italianos que se asentaron en este puerto años atras.
La bahía del Callao luce hermosa al caer la tarde y la frescura del aire marino invita a observar atentamente la franja costera mientras escuchamos a Wilfredo Mansilla (62), piloto-guía y presidente de la Asociación de Chalaneros Turísticos del Callao, contar cómo se inmoló José Gálvez en lo que hoy se conoce como la Plaza de la Merced. Más adelante aparece el Torreón de la Reina, de la fortaleza Real Felipe, uno de los puntos desde donde se rechazó el último intento de invasión española, en 1,866.
BALNEARIO DE ENSUEÑO. Han pasado cerca de 30 minutos y ya estamos navegando frente a los altos edificios del distrito de La Punta. Sin embargo, acercarnos a su ensenada de piedras menudas se hace difícil por la gran cantidad de yates que se encuentran fondeados en el lugar. Los clubes de playa y sus restaurantes, levantados sobre pilotes de fierro y de madera incrustados en el mar, hablan de la buena vida que se experimenta en ese balneario. Es hora de retornar, no sin antes pasar muy cerca del museo de sitio naval 'Submarino Abtao', un lugar donde puede continuar su recorrido turístico por el Callao tras desembarcar. ARTICULO PUBLICADO EN PERU21.COM /PERU.DESTINOS
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