Obras culminarán en el año 2010, con lo que se recuperará uno de los más importantes y valiosos escenarios de Latinoamérica. Se espera también revalorar la zona en la que se ubica y lograr el impulso cultural del Centro Histórico.
David Gavidia.
En los muros y frisos del Teatro Municipal todavía se observan las cenizas que quedaron cuando las llamas diez años atrás consumieron lo que fuera uno de los escenarios más bellos de Latinoamérica. Arruinado por el fuego, sus puertas han tenido que permanecer cerradas para solo ser abiertas en raras ocasiones, en donde obras con un carácter misterioso se acondicionaban en ese lúgubre ambiente con olor a humo, maderas carcomidas e historias apagadas, que solo reaparecían para intentar recuperar ese viejo brillo extinguido.
Una de esas historias que intentaron recuperar el "atractivo" del recinto fue la ópera criolla Rosa de Lima, del músico y compositor Víctor Miranda, en donde se juntaron en escena unos cuarenta jóvenes artistas.
BELLAS ESTRUCTURAS
En aquella ocasión las nostalgias por la recuperación del escenario se hicieron sentir pues, al igual que hoy, los ambientes del teatro se veían opacados por la destrucción de su estilo renacentista italiano en la sala de espectadores, o en el estilo afrancesado Luis XVI de los otros ambientes. Las escaleras de mármol y sus lineamientos del barroco continuaban con su belleza, pero debían ser rescatadas. Nunca se pensó que duraría tanto tiempo.
Para lograr su recuperación, la Municipalidad de Lima inició una semana atrás los trabajos de restauración. Primero, con la limpieza y retiro de moldes para confeccionar las réplicas de algunas estructuras, cuyo proceso durará unos dos meses. Luego se iniciará la reconstrucción de la caja escénica, lo esencial de la obra, en donde antaño la música sinfónica y de cámara se daban cita, allí donde los recitales de ilustres solistas se conjugaban con el drama y la comedia, y el ballet clásico con la danza y la música popular.
La arquitecta Flor de María Valladolid asegura que los trabajos durarán 18 meses, por lo que se estima que el teatro reabra sus puertas en el 2010 para convertirse "en el más moderno y hermoso recinto de estilo clásico de Latinoamérica".
"La decoración será estilística, artística y escultórica. Se reconstruirá la caja escénica, donde incorporaremos tecnología de punta en mecánica teatral, iluminación escénica y conjugaremos armoniosamente la tecnología moderna con el estilo clásico". Para ello, se invertirá 30 millones de soles con fondos del Circuito Mágico del Agua y del Concejo limeño. La recuperación del Teatro Municipal forma parte de un todo: el rescate del Centro Histórico.
ALGO DE HISTORIA
El Teatro Municipal fue inaugurado un 28 de julio de 1920 con la Gran Compañía de Ópera Italiana, de Adolfo Bracale, que puso en escena los cuatro actos musicales de la obra "Aída", del Giuseppe Verdi.
El diseño y construcción del recinto estuvo a cargo de Manuel María Forero en 1915, por lo que el primer nombre del recinto fue Teatro Forero.
Recién a mediados de 1929, fue adquirido por la Municipalidad Metropolitana de Lima y fue rebautizado con su actual nombre, mediante resolución de Alcaldía de fecha 15 de junio de ese mismo año. Desde entonces muchas fueron las historias surgidas en el lugar.
NUEVAS HISTORIAS
Dentro del proceso de reconstrucción del Teatro Municipal se halla una novedad. La posibilidad de que cualquier ciudadano sea "padrino" de una de las mil 181 butacas.
Cada silla donada tendrá el nombre de la persona en una placa recordatoria. El precio promedio de cada una es de 200 dólares y deberá contar con las exigencias de seguridad adecuadas para este recuperado recinto de la cultura. Según la arquitecta Valladolid ya se han presentado varios interesados. Todos quieren ser parte del renovado Municipal.
RECUPERACIÓN DEL LUGAR
Los trabajos recién han comenzado y en ellos participarán más de 200 personas que tendrán la responsabilidad de devolverle la bella arquitectura por la que se hizo famosa.
Con el renovado Municipal también se intenta recuperar la zona, en donde proliferan las imprentas y galerías hacinadas. Se espera –en un futuro– que estos negocios puedan cambiar de rubro y entregar un giro turístico-cultural.
Mientras, los trabajos continuarán. El Teatro Municipal, entonces, irá quitándose las feas fachas con las que anduvo vestido por diez años, convirtiéndose en un personaje antagonista de una historia opacada por el fuego y las cenizas.
INFOGRAFIA
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