Así lo informó la directora de Turismo, Rosa López, quien, además, indicó que el proyecto se inició hace dos años y se ha ejecutado una serie de obras como la habilitación de accesos a los más importantes monumentos arqueológicos y cataratas del valle.
“Este proyecto tenía un plazo de tres años, pero por demoras presupuestarias se ha tenido que ampliar a un año más”, explicó.
Asimismo, señaló que el presupuesto inicial solicitado al gobierno regional de Ayacucho fue un millón 680 mil nuevos soles, de los cuales han recibido hasta el momento 880 mil y se espera que recibir, en 2010, una partida de 800 mil nuevos soles para completar el monto aprobado.
“Definitivamente vamos a tener que solicitar una ampliación del presupuesto, pues el proyecto demanda mucho más si queremos colocar al valle del Sondondo como un importante atractivo turístico”, refirió.
En cuanto a la recuperación de la casa del cronista Guamán Poma de Ayala, situado en al extremo de valle, en el distrito de Cabana, afirmó que se ha destinado los montos necesarios para realizar las obras el año próximo y será convertida en museo de sitio.
También precisó que se ha realizado la recuperación de monumentos prehispánicos y se han habilitado varios accesos con sus respectivas señalizaciones para la comodidad de los visitantes.
“En el monumento arqueológico de Caniche, perteneciente a las culturas Wari y Chanca y considerado como una fortaleza militar en la zona, se ha construido un cerco perimétrico para evitar que personas no autorizadas y animales dañen la infraestructura”, refirió.
Asimismo, se ha construido pequeños albergues y se ha capacitado a la población a fin de impulsar el turismo rural comunitario en todo el valle.
El valle del Sondondo está formado por la unión de los ríos Mayobamba y Negromayo, se caracteriza por tener un relieve muy accidentado y estar rodeado de un hermoso valle fértil con quebradas estrechas y profundas.
También destaca la catarata de Puzapaccha, a cinco kilómetros de la ciudad de Andamarca. Se trata de una caída de agua de 100 metros, donde los danzantes de tijera se “consagran” y toman la energía de los auquis y wamanis, conocido como el ritual de pacto con los dioses andinos.
Esta zona también es cuna de los danzantes de tijeras, uno de sus principales atractivos. Además destaca su actividad agrícola y la presencia de cóndores que sobrevuelan el bello paisaje, sus comidas y artesanía.
La iniciativa de poner en valor el valle surgió ante la necesidad de impulsar la actividad turística y que dicho progreso y desarrollo beneficie a las poblaciones que integran el valle formado por los distritos de Cabana, Carmen Salcedo, Aucará, Chipao y Santa Ana de Huaycahuacho. (Con información de Andina)
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