![]() En ruinas. La casona de la Hacienda Caballero en el kilómetro 31 de la carretera a Canta, en Carabayllo. |
En los veinte años que la señora Hilda Navarro vive frente a la casa hacienda Santiago de Punchauca nadie le había dicho –hasta hoy– por qué vienen tantos estudiantes y turistas extranjeros a visitar ese monumento que es carcomido por el olvido.
No sabe que en ese lugar el 2 de junio de 1821 se reunieron el libertador José de San Martín y el virrey La Serna para negociar la independencia del Perú. A la señora Hilda le interesa más hacer historia con la venta de gaseosas y golosinas. Más que por su legendario pasado histórico, el nombre de Punchauca es conocido por pasajeros, cobradores y choferes que se desplazan por los últimos kilómetros de la avenida Túpac Amaru, en Carabayllo, debido a que a escasos diez metros de la casona en ruinas se encuentra el paradero final de la empresa de transportes 11 de Noviembre.
En el antiguo territorio que ocuparon realistas y libertadores bajan pasajeros cansados y vendedores de golosinas. La casona, a pesar de su importancia, se cae a pedazos y solo un ambiente conserva el techo y piso originales.
Pese al descuido de muchos de sus monumentos, la riqueza cultural en los distritos del norte de Lima es un tesoro a flor de tierra que podría generar muy buenos ingresos para sus pobladores. De allí el interés de la Universidad Católica Sedes Sapientiae en ubicarlos.
En total se han registrado 114 monumentos y construcciones antiguas. Por el momento Sedes Sapientiae ha desarrollado visitas guiadas con estudiantes para que conozcan el valor de las zonas que habitan. La siguiente tarea consistirá en crear circuitos turísticos abiertos al público en general y conseguir recursos para desarrollar proyectos de recuperación.
No muy lejos de la casona de Punchauca, en el kilómetro 31 de la carretera a Canta, también en Carabayllo, se encuentra la casa hacienda Caballero, una construcción colonial abandonada en una zona que ofrece una vista privilegiada del valle del Chillón. La casa tiene tres niveles y paredes de adobe de casi medio metro de ancho, además de elementos traídos de Europa como sus baldosas, algunas de las cuales aún permanecen en su lugar original.
Esta hacienda, que pertenecía a Juan Caballero, uno de los hacendados más poderosos de Lima en el siglo XVII, se convirtió en una de las más importantes del valle por su producción de frutos y ganado. Cuando los españoles trajeron la costumbre de las corridas de toros, la hacienda Caballero se encargó de la crianza de los toros de lidia para las corridas de Acho. Al pisar sus ambientes y contemplar el valle, el historiador César Cortez, de la Sedes Sapientiae, sueña con la reconstrucción del monumento y que en el lugar se instale un restaurante. "Sería hermoso con la vista que ofrece y por el valor que tiene la casona", manifiesta.
![]() Sobrevive. En la casa hacienda Infantas, en San Martín de Porres, funcionan un nido, un comedor y una agencia municipal. |
"Hay mucho trabajo por hacer en todo Lima Norte en cuanto a recuperación histórica. Se debe propiciar que los municipios mantengan los monumentos para que no se sigan deteriorando, luego se podría buscar auspicios del extranjero para la restauración", sostiene Cortez.
NO MÁS INDIFERENCIA
La tarea de rescate también es de los profesores y estudiantes de la zona, por eso el Programa de Defensores del Patrimonio Cultural de Lima Norte ha reunido a un grupo de alumnos de la Universidad Católica Sedes Sapientiae con la misión de colaborar en su protección y difusión.
El drama es que un mar de cemento y ladrillo amenaza con llevarse esta riqueza histórica. Por ejemplo, la zona conocida como Cerro Pro, entre las avenidas Huandoy y Confraternidad, en Los Olivos, está amenazada por la venta de terrenos. El lugar es un recinto amurallado de piedra y barro y es el punto arqueológico de mayor altura de Los Olivos, se estima que pudo haber sido ocupado desde tiempos de la Cultura Lima (200 a.C - 600 d.C) hasta el siglo XVI.
![]() Histórica. A pesar de su valor histórico, la casa hacienda Punchauca se encuentra olvidada. |
No tendrían que gastar ni un sol para ir a la casa hacienda Infantas, la residencia de origen colonial que perteneció a Jerónimo Infante del Real, la cual ha sobrevivido al tiempo y se encuentra en la urbanización Infantas, en San Martín de Porres. Ahora la casona está acorralada por viviendas de uno y dos pisos. En sus instalaciones funciona un nido, una agencia municipal y un comedor popular. Ni autoridades municipales ni pobladores se han dado cuenta del atractivo que sería para este barrio restaurar esta casona y convertirla en un lugar de peregrinaje para estudiantes y turistas.
RIQUEZA CULTURAL AL NORTE DE LIMA
Zonas arqueológicas
![]() Preínca. Ruinas de El Paraíso, muy cerca del aeropuerto Jorge Chávez. |
• Murallas de Tungasuca. Urbanización Tungasuca, Carabayllo.
• Fortaleza de Cantamarca. A 5 km de Canta.
• Petroglifos de Checta. A la altura del km 42 de la carretera a Canta.
• Centro Ceremonial Buenavista. A la altura del km 39 de la carretera a Canta.
• Centro Ceremonial Garagay. Entre avenidas Universitaria y Angélica Gamarra.
• Centro Ceremonial El Paraíso. A 5 km del aeropuerto Jorge Chávez.
• Cerro Pro. Entre avenidas Huandoy y Confraternidad, en Los Olivos.
Museos
• Museo de Ancón. Prolongación Jorge Chávez s/n, Ancón.
• Biblioteca-Museo Juan José Vega. A cinco cuadras de la Casa Hacienda Punchauca.
•Museo Colli. Pasaje Libertad 253, tercera zona de Collique, Comas.
Construcciones coloniales
![]() Deterioro. Exteriores de la casona Infantas. |
• Casa Hacienda Garagay, entre avenidas Angélica Gamarra, Universitaria y Tomás Valle.
• Hacienda Caballero. En el km 31 de la carretera a Canta.
• Iglesia Santa Rosa de Quives, a la altura del km 63 de la carretera a Canta.
• Hacienda Chocas. En el km 34 de la carretera a Canta.
• Hacienda Punchauca. En el km 25 de la vía a Canta.
• Iglesia San Pedro de Carabayllo. En el km 4.5 de la avenida Huarangal.